La Aldea de Lourizela, situada en la parroquia del Préstimo, es un encantador refugio montañés que preserva la autenticidad de las tradiciones rurales.
Sus calles estrechas, flanqueadas por casas de pizarra, invitan a un paseo tranquilo, permitiendo a quien la visita apreciar la arquitectura típica y la belleza natural que la rodea.
La aldea ofrece espacios al aire libre, como bancos y mesas de piedra, ideales para momentos de convivencia y descanso.
A pesar de ser una aldea pequeña, ha sido restaurada y revitalizada, atrayendo tanto a los locales como a los forasteros.
La historia de la aldea data del siglo XVI, cuando estaba compuesta solo por una casa y sus dependencias. A lo largo de los siglos, la aldea fue creciendo y desarrollándose, manteniéndose fiel a sus raíces y tradiciones.
En el siglo XIX, la familia Arêde Tavares, originaria de Lourizela, se destacó en la sociedad portuguesa, con miembros que ocuparon posiciones de relevancia, como el capitán Manuel de Arêde Tavares, Morgado de Lourizela.