La gastronomía de Vagos es un verdadero espejo de su geografía costera y agrícola, combinando lo mejor de la tierra y del mar con recetas sencillas, pero cargadas de sabor y tradición. La mesa vaguense se caracteriza por la frescura del pescado y marisco, la riqueza de los platos de arroz y los dulces regionales que evocan el saber conventual. Esta identidad gastronómica tan propia encanta a quienes visitan la región y proporciona experiencias auténticas y memorables.
Es habitual encontrar los platos tradicionales en los restaurantes locales, especialmente en épocas festivas o eventos dedicados a la gastronomía local, como las Ferias Gastronómicas de Vagos.
La repostería tradicional de Vagos incluye especialidades como las broas de maíz, pasteles de amor, bizcochos caseros y buñuelos de calabaza.
Muchas de estas recetas provienen de la tradición conventual y del saber popular transmitido entre generaciones.
La diversidad gastronómica de Vagos está intrínsecamente vinculada a su patrimonio natural, reflejando una perfecta armonía entre el océano y el campo. El uso de productos locales de temporada refuerza el carácter auténtico y sostenible de la cocina de Vagos.
La gastronomía de Vagos tiene raíces en la vida de las comunidades pesqueras y rurales de la región. A lo largo de los siglos, las poblaciones han perfeccionado técnicas culinarias simples pero sabrosas, aprovechando los recursos disponibles. La anguila, abundante en los ríos y lagos de la región, se ha convertido en un icono local y un símbolo de identidad gastronómica.
La riqueza de los huertos de Vagos y su herencia repostera hacen de la gastronomía un elemento fundamental de la cultura local, preservado con orgullo por la gente de la tierra.